#11 Vivir más, trabajar menos: ¿Sueño dorado o pesadilla distópica?
Durante los últimos años vengo siguiendo dos grandes temas que en el largo (y no tan largo) plazo van a impactar en nuestras vidas y las de nuestros hijos y nietos.
Por un lado estamos viendo avances en medicina que nos van a permitir vivir más años y con mejor calidad de vida. Un ejemplo es el descubrimiento y aplicación de la semaglutida (Ozempic, Wegovy, etc) que, mediante la reducción del apetito, permite reducir la diabetes y el sobrepeso. No solo eso, también se están haciendo pruebas para comprobar si reduce riesgos de enfermedades cardiovasculares.
Por otra parte, el trabajo de instituciones multilaterales (Banco Mundial, OMS) y grandes donantes privados (Fundación Gates, Wellcome Trust entre otros) está finalmente reduciendo el impacto de enfermedades como la malaria, dengue y fiebre amarilla. No es un avance sostenido ni uniforme geográficamente, pero es posible imaginarse que algunos de los principales causantes históricos de muertes pueden ser erradicados en las próximas décadas.
Estos avances y muchos otros hacen prever que los humanos vamos a vivir cada vez más años y con mejor calidad.
La otra gran tendencia es, por supuesto, la Inteligencia Artificial (IA), que sigue desarrollándose a una velocidad vertiginosa. El gran salto a la fama se dio a fines de 2022 con el lanzamiento de ChatGPT y otros modelos de lenguaje avanzado. A partir de allí, continuamente aparecen más aplicaciones de la IA a los temas más diversos. Los chatbots de atención al cliente, asistentes de programación de software, vehículos autónomos son solo algunos ejemplos.
Existe un consenso amplio en que la IA es un cambio muy importante, con muchas aplicaciones y que se está dando muy rápido. Donde empiezan a diferir los pronósticos es en la velocidad de transformación y en las consecuencias últimas de la IA. Si bien hay todo tipo de predicciones, yo tiendo a agruparlas en tres grandes grupos:
IA como una innovación más: esta es la versión tecno-optimista, donde la IA reemplaza a los humanos en las tareas que estos no pueden o quieren hacer. Es una versión profundizada y ampliada de los robots de fábrica, que reemplazaron a los operarios que hacían tareas repetitivas en las líneas de montaje. Esto trajo una reducción en el trabajo industrial pero no un aumento general del desempleo ya que se crearon nuevos trabajos. La IA vendría a hacer lo mismo pero con los servicios, liberando a los humanos para tareas más creativas o de mayor valor agregado. O simplemente para tener más ocio y disfrutar de la vida.
IA destructora de trabajos: una variante similar a la anterior pero con una visión más pesimista de sus consecuencias. Yo la imagino como en Wall-E, la película de Pixar, donde la IA y sus robots asociados terminan por encargarse de todo el trabajo y los humanos son reducidos a criaturas obesas que ni siquiera pueden desplazarse solas y pasan los días comiendo y mirando en sus pantallas entretenimiento idiotizante sin siquiera interactuar entre ellos.
IA reemplazando a la raza humana: la versión Terminator, donde la IA en algún punto se da cuenta que no necesita ni quiere mantener a los humanos en el mundo y decide destruirlos.
¿Cuál de estas versiones va a transformarse en realidad? Y, casi tan importante como la pregunta anterior, ¿qué tan rápido va a suceder? Personalmente yo creo que vamos a ir a algo intermedio entre los primeros dos escenarios, y en más tiempo de lo que muchos piensan. El escenario catastrófico, sin embargo, por más que sea muy fácil reírse de él, no me parece con probabilidad cero.
La pregunta más interesante está, sin embargo, en el segundo escenario. Asumiendo que los robots no se tornen malignos y nos destruyan, probablemente vamos a necesitar trabajar cada vez menos. Esto es un cambio fundamental en la historia humana. Estamos diseñados, física y psicológicamente, para luchar por nuestra supervivencia. Hasta hace unos milenios eso significaba todos los días tener que buscar comida e intentar sobrevivir a los muchos peligros de nuestro entorno inmediato.
En un escenario donde vamos a vivir cada vez más años y con buena salud, pero a la vez no vamos a tener la obligación de trabajar para asegurarnos nuestra supervivencia ¿Qué vamos a hacer con nuestra vida? ¿Cuál será nuestro propósito? ¿Cómo funciona una sociedad así?
Probablemente no lleguemos a ver este mundo, los cambios sociales llevan más tiempo de lo que nos imaginamos. Cuando repasamos los libros y películas de ciencia ficción del siglo pasado vemos que pronósticos como vivir en otros planetas o movernos en autos voladores todavía están lejos de cumplirse. Las estructuras sociales son sorprendentemente difíciles de modificar. Las innovaciones, especialmente las más disruptivas, muchas veces se encuentran con resistencias que hacen que su adopción no sea tán rápida ni generalizada..
De todos modos, aunque no veamos cambios radicales en nuestras vidas inmediatamente me planteo otras preguntas. Por ejemplo, que debería recomendar a mis hijos que estudien. ¿Tiene sentido que se embarquen en una carrera universitaria en un mundo tan cambiante? ¿No hay un riesgo alto de especializarse en algo que en poco tiempo pueda ser reemplazado por la IA? Irónicamente, los trabajos en disciplinas duras, como las ciencias, ingenierías o finanzas por ejemplo, son los más expuestos a ser reemplazados. Otros que hoy no son tan bien pagados quizás resistan mejor. Aquellos donde el toque humano es valorado, por ejemplo. Me imagino el cuidado de niños pequeños o de gente mayor, por ejemplo.
Pero quizás todo sea totalmente distinto. A esta altura hay tantos caminos posibles que puede pasar cualquier cosa. Suena a frase trillada pero lo único que está asegurado son cambios cada vez más grandes a velocidades cada vez mayores. Lo importante, me parece, es vigilar lo que sucede en nuestro entorno y estar listos para reaccionar ante cambios repentinos. Puesto así, no suena muy distinto a lo que vivían nuestros antepasados en la sabana africana. Al final, no hay nada nuevo bajo el sol, entonces.